Solo él logra desatar su lujuria más profunda

Ella estaba bien sola, sin ataduras ni deseos que la controlaran. Hasta que él apareció. No fue amor, fue algo más crudo, más intenso: lujuria desatada. Con una sola mirada, su cuerpo se encendió, y en cuanto la tocó, ya no hubo vuelta atrás. Cada caricia, cada embestida la empujaba más hacia esa obsesión que creía superada. Él la penetró no solo con su cuerpo, sino con una energía que la hizo rendirse por completo. Ya no era dueña de sus impulsos… solo él sabía cómo despertar su lado más oscuro y adicto al placer.

27 de junio de 2025