Madrastra y doctora calientes intercambian placer con sus hijastros

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Cuando mi hijastro empezó a ponerse duro cada vez que me miraba, pensé que podía ser un problema médico. Como buena madrastra, lo llevé al hospital, sin imaginar que la doctora sería tan pervertida. Ella comprobó su erección enseñándole sus tetas y pidiéndome que yo hiciera lo mismo. No solo las miró, también le tocó la polla. Luego llamó a su propio hijastro, que trabaja como enfermero, para que me viera las tetas y verificara su erección también. Finalmente, la doctora concluyó que la única “cura” para nuestro deseo era satisfacerlo. Propuso un intercambio: ella follaría a mi hijastro y yo me encargaría del suyo, con la condición de que ambos miraran todo el acto. Lo que comenzó como una consulta terminó en un juego cruzado lleno de morbo y sexo sin límites.

15 de agosto de 2025