El masajista le da justo lo que quiere: polla sin piedad

Chloe Heart solo buscaba relajarse en un spa lujoso, pero terminó llevándose mucho más de lo esperado. Agotada y estresada, pensó que un masaje suave le bastaría… hasta que conoció al masajista Brad. Sus “técnicas especiales” no incluían aceites ni toallas calientes, sino una buena dosis de verga directa al coño. Chloe se rinde ante el placer cuando él la penetra sin piedad, haciéndola correrse una y otra vez mientras le abre el culo con fuerza. Gime, suplica y se deja usar como la puta necesitada que en verdad es. Un masaje que termina con leche y gemidos.

17 de julio de 2025