De vender panties a devorar una polla monstruosa en el bus

Kenzie estaba en plena rutina cuando le ofrecieron dinero por grabar. Al principio se negó, pero aceptó vender sus panties. La sorpresa vino después, cuando subió al bus, se desnudó por completo y pidió ver la verga que marcaba el pantalón de Kabby. Al verla, no pudo resistirse: se la metió en la boca, se la mamó con hambre y luego dejó que él le destrozara el coño con cada embestida. Al final, acabó con la boca llena y el número de Kabby en su bolsillo… aunque olvidaron un detalle: ella está casada.

10 de septiembre de 2025